Largas hileras de plantaciones de palma africana acompañan el camino hasta La Cadena, una pequeña comunidad fronteriza ubicada en la parroquia de Mataje, cantón San Lorenzo, provincia de Esmeraldas. En este rincón del país, las coloridas casas contrastan con los charcos que se forman en las calles lastradas y la cancha de tierra, reflejando la sencillez y la fuerza de su gente.
A pesar de las dificultades, La Cadena es un ejemplo de resiliencia y esperanza. Ubicada en una de las zonas más vulnerables del Ecuador, la comunidad será protagonista de un cambio profundo gracias al trabajo conjunto de la Fundación Tierra para Todos, el GAD Municipal de San Lorenzo y el GAD Parroquial de Mataje, con el apoyo y financiamiento de la Asociación Suiza Tierra para Todos. Esta alianza permitirá implementar un sistema de agua segura, beneficiando a niñas, niños y familias enteras que, hasta hoy, viven sin acceso a agua potable.
Actualmente, las familias de La Cadena se abastecen de pequeños pozos artesanales o del agua de lluvia, ninguna de estas fuentes con tratamiento adecuado. Durante la temporada seca, la situación se agrava, obligando a recurrir a tanqueros para acceder al agua. Esta precariedad representa un riesgo constante para la salud y la calidad de vida de sus habitantes.
Con este proyecto, no solo llegará agua. También llegará salud, prevención de enfermedades, alivio económico y, sobre todo, dignidad.
“Nuestro compromiso con las comunidades de frontera va más allá de la asistencia. Se trata de fortalecer sus capacidades, asegurar sus derechos y abrir caminos hacia un futuro más justo,” afirma Pablo Iturralde, director ejecutivo de la Fundación Tierra para Todos.
Seguimos trabajando por un país más equitativo, donde el agua no sea un privilegio, sino un derecho.
